Cuando en un informativo o a través de la redes sociales nos llegan noticias de situaciones de maltrato a personas mayores dependientes, multiples son las preguntas que nos planteamos, ¿Cómo es posible?, ¿Como alguien es capaz de hacer algo así?.

Tendemos a pensar que es un echo aislado, fruto de mentes enfermas que se ceban en las personas más indefensas. Y en muchos casos ciertamente es así, pero la realidad es más grave, amplia y dolorosa. El maltrato adultos es una situación que existe desde hace años. Según la Organización mundial de la salud entre el 4 y el 6% de éstas puede sufrir algún tipo de abuso o malos tratos.

Tanto en su propio domicilio como en instituciones organizadas sin los suficientes valores éticos, hay personas mayores que pueden estar sufriendo esta terrible realidad.

¿QUE TIPOS DE MALOS TRATOS EXISTEN?

Aunque el modo más alarmante sean los malos tratos físicos, hay otros muchos modos en los que se puede hacer que la persona mayor vea menoscabado su bienestar físico y/0 mental; el maltrato psicológico, el abuso económico o sexual, el abandono, la negligencia… incluso la falta de respecto en el trato y el exceso de paternalismo, que impide al adulto mayor ejercer sus derechos y su capacidad de decisión, pueden considerarse un tipo de maltrato.

La privacidad de los ambientes donde se producen estos hechos y en muchas ocasiones, la relación de vinculación emocional y familiar que une al maltratador y su victima, propicia la mayor parte de los casos no sean denunciados.

La capacidad limitada de la comunicación de los mayores, su escasez de contactos sociales, la falta de información y las dudas sobre el grado de credibilidad que se les va a conceder, les impiden dar a conocer la situación en la que viven.

¿QUE FACTORES DE RIESGO PODEMOS ENCONTRAR EN EL CUIDADOR?

En muchos casos la situación de maltrato no es premeditada, existen ciertos factores de riesgo que propician la aparición de esta problemática. El estrés y la sobrecarga del cuidador, la escasez de contactos sociales, la percepción de la situación como una carga, problemas económicos, falta de formación asistencial y/o el mantenimiento de los cuidados durante un periodo prolongado son factores de riesgo que pueden provocar la aparición de conductas inapropiadas en el cuidador.

Además la línea que separa el buen trato del mal trato a veces es muy fina, ¿podríamos decir que un grito aislado es maltrato?, probablemente no, pero cuando la agresividad verbal se instaura en la comunicación habitual, ya con seguridad se están traspasando los limites éticos e infligiendo un daño emocional al anciano.

Por ello, como en todas las problemáticas sociales, es mucho mejor prevenir la aparición de la conducta que intentar erradicarla una vez se ha producido. Así, el apoyo al cuidador en su labor asistencial puede llevar a prevenir la conducta de malos tratos, especialmente cuando ésta es causada por la sobrecarga y el estrés.

RECURSOS ASISTENCIALES COMO APOYO A LA PREVENCIÓN

Recursos asistenciales como estancias de respiro o ingresos de larga estancia en residencias de tercera edad, la ayuda a domicilio, la teleasistencia….

son herramientas que alivian significativamente la carga del cuidador, proporcionando además una atención profesional de calidad al mayor dependiente.

Hay que tener en cuenta que todas las actividades para ancianos en residencias están diseñadas específicamente según sus necesidades y situación de dependencia y pueden además servir de modelo para el cuidador.

 

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